Taller lectura y escritura creativa. CCJC.

miércoles, 24 de abril de 2024

Taller de Lectura y Escritura Creativa. (19)

 



EL ASCENSOR

Este collage, donde los límites entre la realidad y la fantasía se desdibujan, una mujer se convierte en el epicentro de un enigma que nos atrae. Su presencia es imponente, con su mirada desafiante y su perfilada nariz aguileña. Su rostro irradia una fuerza magnética. El pelo corto y el cuello largo añaden un aire glamuroso y de determinación a su figura envuelta en un vestido ajustado de un marrón oscuro que, a pesar de sólo verla hasta las caderas, nos hace imaginar el resto de una soberbia silueta.


Un pañuelo blanco, suelto al cuello, le da un aire sutil de elegancia. Un cinturón también blanco, ceñido con precisión a su cintura, acentúa su figura esbelta y atlética, mientras  colgando de él un bolso del mismo color blanco, sugiere una conexión con lo práctico y lo mundano en medio de este enigmático ambiente.


Dos alas blancas, delicadas y etéreas, se despliegan desde su espalda, como un símbolo de libertad y expectativas, de un camino hacia lo desconocido. La presencia en ellas, de una suerte de venas translúcidas nos hace pensar que podrían contener secretos ancestrales. 


El fondo del collage es un contraste de claroscuros, dividido entre la pureza del blanco y la sombra del ascensor antiguo, el cual  quizás sutilmente trae a la memoria la película "Ascensor hacia el Cadalso", dándole un sentido de intriga y suspense, especialmente con el reloj blanco marcando las 8 menos cinco sobre las rejas de la puerta de entrada. ¿Es de día o de noche? La ambigüedad del tiempo añade una capa adicional de misterio a la escena, dejando al espectador inmerso en un mundo de posibilidades y preguntas sin respuesta.


En este collage enigmático, la presencia de esta mujer de frente, con su rostro de perfil y que nos sugiere un pasado oscuro, invita al espectador a explorar los límites de la realidad y la imaginación, en un viaje de ascenso hacia la intriga, hacia el suspense, hacia lo ignoto.



































Texto: María Victoria Diez San Emetrio.
(Taller de lectura y escritura creativa 
del Centro Cultural Julio Cortázar. 2024) 
Collage Analógico: Rosa Prat Yaque. 

martes, 23 de abril de 2024

Taller de Lectura y Escritura Creativa. (18)

 El sofá de Tomás




En una tarde soleada, en un apartamento acogedor de una ciudad, suponemos que bulliciosa, un hombre se encuentra en una posición peculiar en un sofá. Una posición que desafía las convenciones de la comodidad. No está simplemente sentado sobre el brazo izquierdo del sofá; más bien, parece tener fusionada la parte derecha de su cuerpo en él. Este hombre, cuyo nombre es Tomás, no está simplemente sentado en el sofá estilo rococó de color rojo brillante estampado con flores amarillas, está medio imbuido en el acolchado, como si formara parte intrínseca de su esencia. Esencia que parece cobrar vida propia, como si de una planta carnívora se tratase, acogiendo a Tomás en su seno con calidez y hospitalidad. No es solo un mueble, sino su cómplice en la búsqueda de paz y placer. 

Nuestro hombre lleva unas gafas que adornan un rostro redondo y feliz, mientras sus manos descansan cruzadas sobre su regazo, como si fueran una extensión natural del sofá mismo.

Exhibe una sonrisa radiante, como si encontrara un deleite inexplicable en la escena surrealista de la que es participe. Su mirada, fija en un horizonte invisible, transmite una sensación de candidez  y satisfacción que emanan de lo más profundo de su ser. Pareciera que ha descubierto un secreto cósmico al dejarse succionar por el sillón vegetal de su hogar.

De la pared, al fondo, cuelga una gran fotografía en blanco y negro  que muestra un parterre dentro de un jardín donde se erige al fondo una majestuosa estatua romana.  Ésta, con su noble presencia, parece observar con calma el fluir del tiempo con una serenidad eterna. 

Tomás, también en blanco y negro, en contraste con rojo subido del sofá que lo metamorfosea, parece experimentar una conexión profunda y sentirse parte de algo más grande, algo etéreo y sublime que lo envuelve. Y en su sonrisa, en su mirada perdida en el infinito, se refleja la dicha de haber encontrado un rincón de armonía en el mundo caótico que lo rodea.



Texto: María Victoria Diez San Emetrio.

(Taller de lectura y escritura creativa 
del Centro Cultural Julio Cortázar. 2024) 
Collage Analógico: Rosa Prat Yaque. 





miércoles, 10 de abril de 2024

Taller de Lectura y Escritura Creativa. (17)

    




Quién eres? Me pregunto. 
Una mancha, una sombra,
un perfil inacabado
Un dibujo en un trozo de papel, 
pequeño espacio donde te escondes o juegas 
a esconderte insinuándote a través 
de los mensajes que dejas en mi buzón. 
Esta mañana creí oír cómo alguien se acercaba 
a la puerta por el jardín, dudando por momentos 
si lo que escuchaba, en vez de unos pasos sigilosos, 
no sería más que el sonido del viento 
anunciando la llegada del otoño, elevando en remolinos los millares de hojas que a su paso encontraba.
Pero tenías que ser tú, el hombre misterioso, 
aun cuando al abrir la puerta no hubiera nadie, 
ni nada se intuyera en la penumbra. 
Sólo un sobre sin franqueo sobresalía por la ranura 
como llamándome y, cuando lo abrí 
allí estaba de nuevo, el mismo dibujo, 
un rostro misterioso oculto tras la silueta 
de un caballo blanco, el mismo flaco rocín que me miraba fijamente como queriendo decirme algo, 
como si me conociera.
Reconozco que a veces tengo miedo. 
Algo en mi cabeza bulle tratando de recordar 
y me dice que busque dentro, que allí está la respuesta. 
Cierro así los ojos para concentrarme, pues todo 
es confuso y dudo si esto es real, dudo si estoy despierta 
o si sueño. De pronto un nuevo ruido en el exterior 
me pone alerta y abro bien los ojos acercando 
mi rostro hacia el gran ventanal del salón de la solitaria casa donde vivo. Tal vez sea la tormenta que amenaza mientras sigue soplando el viento y cae la noche, cubriendo el bosque con su negro manto, implacable. El mismo bosque donde crecí jugando a perseguir a los animales, y por cuyos senderos tantas veces anduve camino a la escuela. Los mismos troncos que el pájaro carpintero agujerea incansable buscando alimento y cobijo, aquellos donde ululan los búhos en la noche… ¡Pero ahora soy ya vieja! tantos años han pasado de eso que mis cabellos ondean blancos 
cual las crines del caballo de la imagen.     
Pero ¡Silencio, escuchad! Mi corazón se ha parado unos instantes, segundos que parecen horas en los que la luz espectral de un rayo revela, asomado tras un árbol,
la cara de un hombre que me mira fijamente sujetando las riendas de un caballo. Más parece fantasma que humano. Ya ni llega a mis oídos el atronador sonido que acompaña al rayo, permaneciendo detenida en mi memoria esa cara que se me muestra ahora definida, nítida, sin veladuras. ¡PADRE! ¡PADRE! ¿Eres tú, padre?!
De pronto empiezo a recordar otra noche, otra tormenta 
y otra luz que me trasladan al pasado 
hasta un día concreto de mi niñez. 
Revivo así el abrazo y los besos que me diste padre, 
sintiendo caer por mis mejillas tus lágrimas 
sin que sepas que finjo estar dormida, mientras me prometes bajito al oído que volverás a buscarme. Ahora sé porque nunca he querido irme de esta casa. Recuerdo que desperté más tarde por el sonido de un disparo seguido de más disparos. Se oyen voces lejanas. Madre dijo que te ibas para unirte a la resistencia. De nuevo, de vuelta al presente, 
una sensación de paz me invade mientras escucho, ahora sí con claridad, unas pisadas que se acercan, y me levanto despacio para abrir la puerta. Junto al vano me miras sonriente ofreciéndome la mano y la montura. Llegó la hora de cumplir una promesa, y de iniciar un nuevo viaje, me dices. Yo también sonrío. 

 Apago la luz y cierro la puerta.




Texto:Gema Lucas
Taller de lectura y escritura creativa del Centro Cultural Julio Cortázar. 2024.
Collage Analógico: Rosa Prat Yaque. 

lunes, 8 de abril de 2024

Biografías de un columpio

 

"El lugar de mi recreo" 
o "El columpio"





Todo empezó un día de verano de 2004 en el que hice
 fotos de un lugar cercano de donde estuvimos alojados. 
Mi hija se columpió un buen rato, aunque 
el columpio parecía a punto de romperse
 se balanceaba lento y chirriante.
Me recordó a la canción de Antonio Vega y lo llamé;
el Lugar de mi recreo
Al volver ya en invierno vi las imágenes
 e hice la primera acuarela, días después
 vino mi padrino al que hacía años
que no veía, le gustó, así que se lo llevó
 dejando unos billetes bajo su servilleta.
 Años después, una tarde una amiga
 la vio y me la pidió. Al no tenerla físicamente
 le propuse hacerla otra, era 2020 
 claro nunca sería igual, aunque procuré utilizar
 los mismos tonos y encuadre. Allí se fué, al norte.
La tercera versión la hice una mañana
 en 2023 probando mis tonos nuevos de acuarela,
 aún la tengo en una carpeta.
Hace unos días ocurrió que un amigo la vio en 
una red social donde subo mis trabajos y le gustó,
 así que escribió un  microrrelato precioso,
 luego se le ocurrió pedirle a una amiga suya
 que le pusiera voz en un vídeo, ella hizo dos,
 uno con una imagen fija  y otro con imágenes
 en movimiento, ambos estupendos.
Creo que la magia de la infancia los recuerdos, 
los que nos une, es lo que
nos  empuja a seguir creando
seguir adelante con más entusiasmo.
Nos sentimos reconfortados
 cuando somos escuchados o mecidos.
 





ESTA ES LA PRIMERA ACUARELA





LA SEGUNDA ACUARELA





LA TERCERA ACUARELA




LOS COLUMPIOS ABANDONADOS
Mirad cómo se mueve. Sí, el columpio se mueve levemente, aunque no lo parezca. Os lo aseguro yo, la brisa de los parques, la que sopla despacio para no molestar a los duendes dormidos.
Así, con mi voz susurrante, os contaré un secreto que tan sólo conocen las flores y los árboles: dentro de los columpios abandonados habitan los espíritus de los niños que tuvieron que irse, para siempre, al país feo y gris de los adultos.
A veces no soy yo la que está junto a ellos, sino mi hermano grande, el viento, que se empeña en venir a consolarlos y los sopla con fuerza. Sin embargo, los columpios abandonados son muy suyos, aborrecen la compasión, y si el viento los mueve, chirrían para quejarse.
No lo aceptan.
Sólo quieren al niño que jamás volverá.

TEXTO: Miguelito Muñoz. (Miguel Ojos) ©
Imagen : Rosa Prat 










Este es el  vídeo 
 sobre la acuarela de Rosa 
 el poema de Miguel 
la realización y voz de Gala Rabadan

MUCHAS GRACIAS






domingo, 31 de marzo de 2024

ISMOS

 1. SOLIPSISMO

Recuerdo difuminado entre piedras
antiguas.
Resbalaba mi soledad en el pavimento
oscuro de mi luminosa ciudad.








































Escondía entre los claroscuros
la enfermedad que me delataba, con mi
vestido abanderado de anarquismo vital.
Huía del que me quiso doliente,
 sumisa, etérea.
Acabé rota, extenuada de vida
incomprensible, en la que la cercanía a la
muerte me reconfortaba.
Me apoyaba en pianos románticos con
notas de aves rozando el ocaso, en
poemas de antes de las guerras, cuando el
mundo no sabía de sí mismo.
Hay un vestido rojo y negro hecho añicos
que cuelga de la boca de una gárgola. De
ella escapé, desnuda, invencible.




TEXTO : LOLA LLABRÉS . 
ACUARELA: ROSA PRAT. 

miércoles, 20 de marzo de 2024

Taller de Lectura y Escritura Creativa. (16)





















































Parece inofensivo pero es aterrador
y así ha sido durante los siglos
de los siglos. 
El hombre con un (f)alo.
-Uy perdón, con un palo florido 
sojuzga a la indefensa gaviota. 
Si, he escrito el articulo” El “ 
con mayúscula por ser inicio 
de frase y el La por equipararlo al
masculino.
Es la constante lucha de géneros
hay que tender a la igualdad
Pero por desgracia,
en este collage
se ve la
predominancia  de lo
masculino sobre
lo femenino. Ay, 
Siempre es igual .
Aunque van ganando batallas y  subiendo escalones. 
Así debe de ser hasta que seamos todos  parejos
en el mismo piso en armoniosa y respetuosa igualdad. 
Pero analicemos un poco esta estampa.
La gaviota, a la que siempre se
ha considerado como un pájaro tonto,
no confundir con el pájaro
bobo o pingüino,
se ve obligada a pasar por el aro
(Siempre igual) ante la amenaza
de ese ser brutal que le amenaza
con el (f)alo, otra vez se me ha escapado, perdón. 
Su pico entreabierto
denota sufrimiento 
y se intuye que sus graznidos son de 
miedo, angustia, dolor y sufrimiento.
Su cara es todo un poema de lo que no debería existir.
Todo provocado por el puto complejo
de inferioridad que el ser canaliza 
en el mal trato. 
Y hablando de ese ser; Sujeta el palo las mano derecha, 
bien apretado, con decisión
y dispuesto a golpear ante la mínima subversión de .
la gaviota. Viste de manera pulcra, un traje y se adorna 
con una corbata de pajarita. Vamos como una persona de bien
¡Qué hipocresía!. En la mano izquierda sostiene el aro por donde a golpes, si es preciso,
obliga a pasar a la infortunada gaviota. ¿Y su cabeza? Todo un poema; ¡Un reloj!
Un reloj es una máquina que se mueve por unos engranajes continuamente.
No piensa, sólo marca el tiempo que el hombre puede estar maltratando
-Él dirá que enseñando, educando o vaya usted a saber que justificación-
A la infeliz gaviota; un minuto, una hora, un día,
un año, toda una vida ?
Es horrible. En su monótono tic-tac parece 
decir infinitamente: Entra por el aro o te doy con el palo. 
Es como el raca, raca que Perídis pone en boca de sus personajes políticos recalcitrantes 
y para completar esta gallarda estampa de ser innombrable,
 ¡Tiene antenas ! Igualito, igualito que los insectos. 
Es un insecto.
Seres así deben ser alejados de la sociedad, ser aplastados y pisoteados como las cucarachas
En fin una imagen ,como he dicho, patética 
por el insecto y la gaviota que
no encuentra fuerzas para picotear a la cucaracha.

Texto:José Miguel Arranz.
Taller de lectura y escritura creativa del Centro Cultural Julio Cortázar. 2024.
Collage Digital: Rosa Prat Yaque. 




viernes, 15 de marzo de 2024

Taller de Lectura y Escritura Creativa. (15)

15. Las mariposas












Sentía fascinación por las mariposas,
símbolo de transformación constante
gracias a su proceso de metamorfosis. 
En primavera se retiraba
a la casa solariega familiar. 
Se las veía por doquier. 
Una en especial, de tipo Morpho, 
revoloteaba a su alrededor cuando salía
a tomar el té al porche. 
Sabía que era un ser muy querido
el que la visitaba, se posaba en todas
las flores del jardín, polinizando, 
se sentía identificada con ellas
e igualmente ejercía su libertad
de volar cuando se sentía en sintonía
con ella misma y con el mundo. 
Su belleza y femineidad... 
Las alas de estos seres pueden 
ser alas que todos tenemos metafóricamente 
y depende de nosotros abrirlas y 
emprender el vuelo (en el sentido de vivir
como nosotras realmente queramos) 
o dejarlas cerradas y dejarnos arrastrar por la corriente. 
En definitiva, son símbolos de belleza, 
libertad, perseverancia y resiliencia, 
puesto que recorren un largo camino 
hasta alcanzar su meta. 
No somos tan diferentes a la 
metamorfosis de las mariposas... 
Pasamos de niñas a mujeres en todo 
un proceso transformador, como la mariposa, 
pasa de oruga a crisálida 
emerge una hermosa mariposa.



































































Texto: María  José Herrero

(Taller de lectura y escritura creativa 
del Centro Cultural Julio Cortázar. 2024) 
Collage Analógico: Rosa Prat Yaque.