¿Por qué a mí? (I)
No me pregunto "To be or not to be" sino matar o no matar.
No puedo evitarlo. Como un alcohólico cae siempre en una esquina, despreciado,
pateado por los vecinos, yo, a pesar del inmenso amor por mi madre
deseo acabar con ella en cuanto observo
sus cabezadas y sus ronquidos.
Pero mi moral me paraliza cuando mis manos acarician su garganta.
No estaría bien acabar con la culpable de mi existencia.
No soy un asesino, solo cumplo con mi deber trepanando bellos cráneos que albergan vida y sexo.
Crearán con su lujuria niños inocentes, como yo lo fui.
Fui un infante sensible, me extasiaba ante la inmensidad de una noche estrellada
o la delicadeza de un gorrión.
Pero llegó el momento en que mi voz no podía imitar el canto de un jilguero,
que ya no me acurrucaba en brazos de madre para conciliar el sueño,
sino que me turbaba su olor, mezcla de sudores mal disimulados con polvos de talco.
Descubrí mi sexo sucio frotando sus enaguas.
No quise asumir mi pecado, podría acabar como Edipo, arrancándome los ojos
después de yacer con mi madre desparramada sobre su mecedora.
Empecé a elucubrar con una penitencia que, yo mismo
impondría a las que me hacían ser un monstruo, el castigo merecido.
A mi madre la respetaría, seguiría siendo su niño eterno.
(Continuará)
Texto. Lola LlabrésCollage analógico : Rosa Prat.de "El Hombre de papel" Grupo versátil.