Taller lectura y escritura creativa. CCJC.

sábado, 1 de julio de 2023

Día del orgullo.2023

 Mi cuerpo atrapado en una cáscara quiere salir.

Mi madre gallina, avergonzada, me incuba incesantemente para no mostrar al mundo que soy un error.


Salgo solo de noche, mientras ella duerme, cuando mis plumas de colores atraen a los malditos como yo.

Mirad mis piernas ¿son bellas? 

Quiero bailar, sin que nadie se mofe, me siento bien en la oscuridad de un antro que ríe y llora.


Mi padre es un gallo de los de antes, me picotea hasta dejar mi sexo ensangrentado.

--"Así aprenderás, capón de mierda." 

Me escondo de nuevo en mi cáscara, madre me protege, le dice que ya cambiaré, que es solo una malformación genética, no durará más que el tiempo de mi adolescencia, luego, cuando pase, seré como padre, un buen espécimen que sabrá poner orden en un mundo permisivo.


No quiero mandar, quiero amar, disfrutar pero no me dejan.


--Madre, me estás asfixiando. Pataleo, no llego a escapar esta noche de su hermoso culo avergonzado del mío.


Son mis últimos cacareos. No seré, porque nunca debí ser.

Texto: Lola Llabres. Collage: Rosa Prat. 

     Obertura




Texto: LOLA LLABRES. Imagen: ROSA PRAT 

jueves, 29 de junio de 2023

 Una buena chica.


 

Yo era buena chica, aunque nunca supe porqué debía serlo. 

Me dijeron que no mirara a los ojos, que me mantuviera callada.

Yo fui buena chica. Me obligaron a respetar a padre. Padre gritaba a mamá cuando a él le habían menospreciado en la oficina. Lo pagaba con ella.

Yo quería ser buena chica. Tuve un novio, era buen chico, los domingos íbamos a misa y al cine. Él me cogía de la mano, solamente. Yo apretaba mis muslos cuando notaba el roce de su rodilla contra la mía. Notaba un cosquilleo que sabía que era pecado.

Yo preparé mi ajuar, había noches en las que me rodeaba con las sábanas bordadas con mis iniciales y las de él, imaginaba el dolor y el placer que quedarían impregnados en ellas en esa primera noche tan esperada.

Padre, madre, lo siento. Me enfureció su borrachera, su aliento macilento, su miembro hiriente. 

Quise hacer lo mismo.
Las sábanas enrojecieron, el hedor a hierro, su cuerpo inerte, los ojos mirándome asombrados hundiéndose en el vacío. 

Os juro que siempre os obedecí y quise ser una buena chica. 

P.D.
He querido morir como Dios manda. Me he lavado. He recogido mi cabello para que el verdugo no falle. Me ha prometido que no habrá sangre. Solo un gran tornillo desvirgando mi cuello. 

Valencia, 3 de marzo de 1948.








Colaboración con Lola Llabrés (Texto). Imagen Rosa Prat Yaque.